martes, mayo 20, 2014

EDUCANDOLO COMO PERRO

Algo en lo que siempre hay que insistir de manera recurrente es en la forma de educar a tu mastín.  Recuerda que en términos generales, a un perro se lo puede educar a cualquier edad, como hemos mencionado en artículos anteriores, y resulta mucho mejor si el proceso de adiestramiento comienza a temprana edad.

Lo principal está en que cuando lo eduques, lo eduques como lo que es: un perro.  Esa es la forma más sana y respetuosa de tratar a tu mastín.  Y educarlo como un perro implica que en el 100% de los casos tendrás que tener en cuenta que su forma de pensar y actuar es la de un perro y no la de un humano.

Como criador he encontrado clientes que muchas veces me comentan que sus nuevos ejemplares (cachorros en la mayoría de los casos) no toleran a los niños o que son racistas porque les ladran a individuos de uno u otro color de piel.  Esto es una clara muestra de un ser humano que intenta interpretar la conducta canina desde una perspectiva humana y no desde el punto de vista del perro.

Un perro le ladra a todo lo que le resulta extraño o inusual.  Por tanto, cuando un cachorro llega a su nueva casa proveniente de un criadero u otro hogar, hay que tener en cuenta que los primeros días son de total adaptación. Aún cuando en apariencia el perro esté muy tranquilo, los dos, tres, cuatro o cinco primeros días aún van a tener en su mente poco peso con respecto a los dos, tres o cuatro meses que puede haber pasado en su criadero con las personas que lo atendían y sus hermanos de camada.

Por tal razón para él toda experiencia durante el transcurso de esos días va a ser totalmente nueva y son de esperarse reacciones como las de ladrarle a seres que nunca ha visto, como niños, ancianos o personas de diferente color de piel a las que estaba acostumbrado.  Recuerda que para ellos el principal sentido es el olfato y es mucho más probable que reaccionen ante algo que les resulte extraño a la vista y aún no logran olfatear bien.

No cometas el error de pretender que algo que para ti es usual y cotidiano, le resulte igual a tu cachorro recién llegado hace dos o tres días, por dos razones fundamentales: la primera es que para él lo usual y cotidiano es aún su criadero (o su anterior hogar); y la segunda es que él se acostumbra a lo nuevo a un ritmo diferente al tuyo.

Ten en cuenta que durante los primeros días todo es nuevo para él: personas, voces, espacio físico, otras mascotas y, sobre todo, olores.  Dale su tiempo para conocer las cosas y no prejuzgues su comportamiento como si se tratase de un humano.  Considera que está aprendiendo cosas nuevas y que debes enseñarle a reaccionar correctamente ante ellas, es decir, sin ansiedad o agresividad.  De lo contrario corres el riesgo de que cuando tu mastín se convierta en un adulto de más de 70 Kg de fibroso músculo, tu fuerza física para contrarrestar una mala conducta, sea insuficiente.


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